Diferencias entre un psiquiatra y un psicólogo clínico
Aunque la psicología clínica y la psiquiatría son dos profesiones que parecen ser muy similares, y es común que las personas las suelan confundir entre sí, las bases y el enfoque de cada una de estas disciplinas las hace fundamentalmente diferentes.
Una de las diferencias más grandes es que mientras que la psicología es una ciencia social que estudia el comportamiento humano, la psiquiatría es una rama de la medicina que se encarga de estudiar y tratar trastornos mentales.
Sigue leyendo para aprender más sobre las diferencias entre un psicólogo clínico y un psiquiatra, y a cuál se debe acudir cuando se necesita apoyo emocional.
¿Qué hace un psiquiatra?
Un psiquiatra es una persona que estudió la carrera de Medicina y después hizo una especialización en Psiquiatría. Es decir, es un médico especialista en enfermedades mentales. Este se ocupa del estudio, diagnóstico y tratamiento de los problemas de salud mental desde un enfoque fisiológico.
Los psiquiatras pueden prescribir medicamentos o intervenciones médicas con el fin de equilibrar la bioquímica del cerebro y aliviar los síntomas que afectan al paciente. Además, pueden sospechar de enfermedades físicas y ordenar diferentes estudios como análisis de sangre o de orina, electrocardiogramas, electroencefalogramas, estudios del sueño, entre otros.
Los psiquiatras, al igual que los psicólogos, se dedican a conversar con sus pacientes para comprender qué les pasa y cómo poder ayudarlos. Por lo general, son necesarias entrevistas de una a dos horas para recopilar los datos personales necesarios para establecer un diagnóstico y acordar un plan de tratamiento, que puede incluir tanto tratamiento farmacológico como tratamiento psicológico.
Como toda especialidad médica, la psiquiatría tiene una gran cantidad de subespecialidades o áreas de estudio a las que los psiquiatras se pueden dedicar, algunas de estas son:
- Adictología: estudio y manejo de las adicciones.
- Psicofarmacología: estudio del efecto de los fármacos sobre las funciones cognitivas, emociones y conductas.
- Psiquiatría de enlace: el puente entre la psiquiatría y otras especialidades médicas.
- Sexología: estudio de la sexualidad humana y manejo de los trastornos de la conducta sexual.
- Biopsiquiatría: rama de la psiquiatría que estudia los trastornos mentales en términos de la función biológica del sistema nervioso.
¿Qué hace un psicólogo clínico?
La psicología es una ciencia social que se encarga del estudio del comportamiento humano y los procesos mentales, experimentados por individuos y grupos sociales durante momentos y situaciones determinadas.
Un psicólogo es una persona que estudia la carrera de Psicología, la cual suele durar, al menos, cuatro años, y puede especializarse para trabajar en diferentes áreas: educación, deportes, recursos humanos, criminalística, investigación, psicología clínica y neuropsicología.
Tras terminar la carrera de Psicología, los psicólogos que deciden especializarse en psicología clínica realizan estos estudios y prácticas en un hospital o centro de salud mental.
Un psicólogo clínico o psicólogo sanitario se encarga de evaluar y tratar enfermedades o desórdenes mentales, utilizando la rehabilitación psicológica. Los psicólogos clínicos emplean técnicas para ayudar al paciente a manejar y ajustar sus emociones, conductas y pensamientos, promueve el autoconocimiento y analiza el contexto social y variables psicológicas del paciente.
El objetivo de los psicólogos clínicos es mejorar el bienestar psicológico y la calidad de vida de sus pacientes a través de la terapia psicológica, proporcionándoles técnicas y ejercicios para rehabilitar conductas, pensamientos o emociones disfuncionales. Se busca modificar todas las variables psicológicas que puedan influir en la salud mental del paciente.
Si bien los psicólogos clínicos tienen conocimientos de psicofarmacología, estos no pueden prescribir medicamentos para el tratamiento de enfermedades mentales o trastornos psicológicos, ya que esto es de competencia exclusiva del médico psiquiatra.
Principales diferencias entre un psiquiatra y un psicólogo clínico
La psicología clínica se suele confundir con la psiquiatría, por el hecho de que ambas profesiones tienen como meta mejorar el bienestar psicológico, la salud mental y la calidad de vida de sus pacientes. Aunque ambos son profesionales de la salud mental, existen varias diferencias entre ambas profesiones:
1. Formación académica
En primer lugar, los psiquiatras deben estudiar Medicina, carrera que suele durar unos seis años, y luego aplicar para un puesto como médico residente en psiquiatría, lo cual conlleva cuatro años más de estudio. Al culminar esta especialización, el médico obtiene un título de Psiquiatra, el cual lo califica como médico especialista en enfermedades mentales.
Los psicólogos estudian la carrera de Psicología durante cuatro años, y al graduarse tienen la oportunidad de aplicar para trabajar como psicólogo interno residente en un centro de salud mental u hospital, y obtener la especialidad de psicólogo clínico después de cuatro años más de estudio.
2. Ejecución de los tratamientos
Los psiquiatras abordan el tratamiento de las enfermedades mentales desde un punto de vista psicológico; esto lo consiguen mediante intervenciones médicas orientadas a modificar la bioquímica del cerebro o mediante el uso de psicofármacos. Además, estos siempre tienen en cuenta las diferentes variantes psicológicas que deben ser abordadas para rehabilitar completamente al paciente.
Los psicólogos clínicos no se enfocan en modificar la fisiología del paciente, sino en utilizar técnicas de rehabilitación psicológica. Estos pueden emplear distintas estrategias, entre las cuales se encuentran técnicas para el ajuste y manejo de emociones, modificación de pensamientos y conductos, análisis psicológicos orientados a aumentar la autoestima y el autocontrol, identificación y corrección de pensamientos erróneos, apoyo para el alcance de metas personales, entre otras.
El tratamiento psicológico también se enfoca en el análisis de las emociones y el entorno social del paciente para poder realizar las intervenciones necesarias sobre los factores mentales que pueden influir negativamente en la salud mental del paciente.
3. Trastornos mentales que tratan
La psicología se enfoca en ayudar a todas las personas que presentan problemas de salud mental, los cuales suelen ser leves y, por lo tanto, no requieren medicamentos para su tratamiento. Estos pueden ser tratados de forma efectiva mediante cambios de hábitos, pensamientos y conductas u orientación psicológica, como la baja autoestima, estrés excesivo, depresión y ansiedad leve, agresividad, problemas de la conducta sexual, traumas del pasado, soledad, timidez, entre otros.
Aunque los trastornos tratados por los psicólogos clínicos no suelen ser lo suficientemente severos para ser considerados como enfermedades, sí afectan la calidad de vida de las personas que los padecen.
Los médicos psiquiatras suelen tratar pacientes con trastornos mentales más severos que pueden ser demasiado complicados para ser tratados con cambios de hábitos y de conducta. Por lo general, usualmente requieren medicamentos como parte de su tratamiento.
Algunos ejemplos de trastornos tratados exclusivamente por psiquiatras son el trastorno bipolar, la esquizofrenia y la depresión mayor; en estos, la psicoterapia sirve de ayuda, pero no suele ser un tratamiento eficaz si no es complementada con psicofármacos.
4. Enfoque terapéutico
Ya que la psicología es una ciencia social, el enfoque del psicólogo clínico suele inclinarse más a lo social. Los psicólogos contemplan los problemas de sus pacientes de una manera más global y evalúan las relaciones del paciente en su contexto social, sus experiencias vividas, el entorno que habita y las emociones que siente.
La psiquiatría se enfoca en el tratamiento biológico de los trastornos mentales, lo cual se logra al contemplar los problemas del paciente desde el punto de vista de desequilibrios químicos y fisiológicos. Su enfoque no es tan global como el de los psicólogos y se centra más en lo que sucede en el cerebro del paciente.
5. Duración de las sesiones
La duración media de una sesión con un psicólogo es de 45 a 60 minutos, esto le permite al psicólogo tomarse el tiempo necesario para conocer a profundidad los diversos aspectos de la vida de su paciente. En cambio, una sesión de psiquiatría suele durar unos 20 minutos, ya que estos se suelen limitar a un análisis de la sintomatología del paciente y no se adentran tanto en otros aspectos de la vida del paciente.
¿Debería ir a un psiquiatra o a un psicólogo?
Si estás en busca de apoyo para algún problema psicológico y no sabes si debes acudir a un psicólogo o un psiquiatra, es importante tomar ciertas cosas en cuenta antes de tomar esa decisión.
Es mejor acudir a un psicólogo cuando:
- Se tiene un problema personal con el que no se puede lidiar o que hace que sea difícil controlar nuestro estado emocional.
- Se observa que no se tienen los recursos personales suficientes para enfrentarse a una situación.
- Tienen sentimientos o pensamientos negativos que se quieren controlar.
- Quieren mejorar relaciones interpersonales, como las relaciones de pareja y familiares.
- Se está atravesando un momento de cambio, pérdida o crisis personal.
- No te sientes a gusto contigo mismo y crees que es un buen momento para mejorar.
Es mejor acudir a un psiquiatra cuando:
- Experimentas cambios de humor muy extremos, como pasar de la felicidad extrema a la tristeza profunda sin razón alguna.
- Tienes un estado emocional muy inestable.
- Presentas síntomas psicológicos que te dificultan adaptarse a su día a día.
- Tienes alucinaciones o delirios.
- Experimentas problemas para dormir de manera habitual.
- Tiendes a aislarse socialmente y te alejas de tu entorno.
- Presentas problemas para concentrarse y lapsus de memoria.
La práctica de la psicología y la psiquiatría no son excluyentes entre sí, estas se suelen complementar para ofrecerle el mejor tratamiento posible al paciente. Dependiendo del caso de cada paciente, un psicólogo podría derivarlo a un psiquiatra o viceversa. De esta manera, se consigue un manejo multidisciplinario, integral y eficaz de los trastornos psicológicos.
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