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Tipos de depresión, causas, síntomas y tratamientos

Por 
Equipo Editorial Sanarai
15 min.
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Publicado el 
26/6/2023
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La depresión es un trastorno mental, es decir, una enfermedad de la psiquis que es muy importante observar, prestar atención y procesar. Es fundamental buscar ayuda de la mano de un profesional de la salud. 

Muchas personas atraviesan períodos inmensos al tratar de salir por sus propios medios de la depresión clínica y los efectos secundarios pueden debilitarlos aún más. ¡Te invitamos a leer el siguiente artículo! 

Como dice la frase: «No hay mal que dure cien años». Lee las causas, identifica los síntomas y los tratamientos aquí debajo para conocer y tener información inicial en tu búsqueda de bienestar mental.

¿Qué es la depresión?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define «depresión» como una enfermedad cuyos síntomas y signos se identifican como tristeza persistente, pérdida de interés en las actividades cotidianas, sociales, durante al menos dos semanas.

Podemos decir que la depresión clínica es un trastorno emocional que puede generar varios síntomas físicos y emocionales. Por lo general, las personas que padecen los síntomas de la depresión experimentan sentimientos de tristeza, sentimientos de desesperanza, sentimientos de inutilidad.

En los últimos sondeos sobre salud mental (conocida como mental health, en inglés), realizados a la población mundial, acerca de esta enfermedad arrojaron que el 5 % de los adultos mayores de 60 años padece depresión, es decir, aproximadamente 280 millones de personas.

Tipos de depresión

Se ha realizado una serie de tipologías de este trastorno mental para identificarlo de forma más específica, ya que puede estar sucediendo en distintas fases y con intensidad en cada persona.

Depresión mayor

La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) denominó «depresión mayor» como una de las enfermedades más frecuentes y discapacitantes. Al mencionar este tipo de depresión nos referimos a un estado de angustia profunda en donde el trastorno de esta enfermedad es muy intenso. 

Este padecimiento interrumpe la vida cotidiana de una persona, ya que sufre trastornos del estado de ánimo que lo condicionan en todos los ámbitos.

En el caso de padecer trastorno depresivo mayor, el paciente deberá recibir un tratamiento que generalmente implica medicamentos antidepresivos y psicoterapias. Es contraproducente el abuso de sustancias por cuenta propia. 

Trastorno depresivo persistente

El trastorno depresivo persistente, también conocido como distimia, es un padecimiento en el cual la persona que lo sufre atraviesa largos períodos con síntomas depresivos. Un paciente puede padecer sintomatología de depresión mayor y también síntomas más leves.

Un tratamiento adecuado consta de la atención de un profesional de salud o de terapias, como por ejemplo la terapia cognitivo-conductual, y medicación en muchos casos. 

Los principales fármacos suministrados por un profesional son los medicamentos antidepresivos tricíclicos y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).

Depresión posparto

Los síntomas de esta depresión sufridos por mujeres luego de dar a luz están íntimamente ligados a los cambios vividos en los niveles hormonales

Este trastorno, pasado un tiempo, se reajusta biológicamente. Sin embargo, en algunos casos necesita apoyo de un proveedor de atención médica y sustancias químicas que ayuden a la paciente.

Los problemas de salud más comunes y efectos secundarios del posparto pueden ser cambios de humor repentinos, irritabilidad en el estado de ánimo, dolor de cabeza, aumento de peso o la pérdida de peso.

Trastorno disfórico premenstrual (TDPM)

Este trastorno suele ser agudo e incapacitante, de mayor complejidad que los síntomas premenstruales usuales en una mujer. 

El trastorno disfórico premenstrual (TDPM) es un severo síndrome premenstrual que muchas mujeres padecen en algunos de sus ciclos. Incluye síntomas psicológicos como enojo, tristeza o desesperanza, además de los síntomas físicos como inflamación y molestias mamarias que suelen desaparecer luego de la menstruación.

El mismo se afronta con los fármacos adecuados prescritos por un profesional. A su vez, suele ayudar la toma de decisiones y los cambios de estilo de vida en relación con una buena alimentación, horas de sueño, entre otros. 

Trastorno afectivo estacional (TAE) 

En inglés, sus siglas son SAD, es decir, tristeza. El TAE es conocido por ser el trastorno de depresión que suelen transitar y padecer algunas personas durante las estaciones de otoño e invierno; pero desaparece durante la primavera y el verano. 

Está estudiado que dicho padecimiento sucede debido a la falta de luz solar, la cual genera pensamientos de muerte. En zonas más oscuras y con menor cantidad de horas solares al año, se toma con seriedad los sentimientos de desesperanza de sus habitantes, y la prevención del suicidio es un tema de agenda para dichos territorios.

Depresión psicótica

Es un trastorno que combina dos padecimientos: la depresión y la pérdida del contacto con la realidad (psicosis).

Las situaciones que causan este fenómeno de depresión son los momentos de estrés profundo, shock, crisis que pueden ocasionarse por un duelo, la pérdida de un familiar, maltrato físico o mental, pérdida de trabajo, inmigración, desórdenes hereditarios y químicos en el cerebro como efectos colaterales de algunos medicamentos. 

Trastorno bipolar

Mucho se habla del trastorno bipolar y pareciera haber entrado a estar de moda, ya que muchos síntomas están asociados a él. Sin embargo, debe ser tomado con seriedad: las personas que lo padecen atraviesan altibajos emocionales severos, que van desde trastornos de depresión hasta episodios maníacos.

Aún no está del todo claro para la ciencia qué lo provoca, pero se aproxima a una conclusión el hecho de que es posible que tenga que ver con una combinación de factores genéticos y ambientales, o de una alteración causada por sustancias químicas en las estructuras del cerebro.

¿Cuáles son las causas de la depresión?

Como mencionamos anteriormente, la causa exacta de la depresión se desconoce. Quizá sea por la multiplicidad de tipos que existen y las causas que la provocan, pero se sabe que existen algunos factores de riesgo o desencadenantes de la enfermedad. Por ejemplo, estos pueden ser los acontecimientos difíciles o traumáticos como la muerte de un familiar, abusos físicos o psicológicos, problemas laborales o financieros, entre otros.

  • Estado constante de estrés: el estrés es acumulativo. Estar en constante estado de crisis, fisiológicamente va a estar contaminando al cuerpo de hormonas de adrenalina y de cortisol que, en desmedida o sin sentido, van a causar daño y enfermedades mentales. 
  • Consumo de alcohol o drogas recreativas: el consumo de alcohol y drogas como recreación generan un enorme riesgo de dependencia y depresión.
  • Condición médica como cáncer, accidente cerebrovascular o dolor crónico: son factores que te predisponen a aumentar el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión, debido al impacto en la salud mental de las personas que esto puede traer. 
  • Predisposiciones químicas heredadas: biológicamente, hay personas que están más predispuestas que otras a padecer depresión ante eventos fuertes de la vida. La salud mental de dichas personas es más frágil y está más dispuesta a sufrir depresión, enfermedades mentales o un trastorno mental.
  • Antecedentes familiares de depresión: al igual que la carga genética, la carga psíquica también cuenta como hereditaria en nuestra biología y la de un ser querido.
  • Desequilibrios hormonales: esta causa es la menos prevista dentro de la salud mental, pero no por eso menos frecuente. Muchas personas sufren de depresión por cuestiones fisiológicas. 
  • Emociones no gestionadas por la persona que se reflejan en el cuerpo como síntoma: la depresión también se debe a emociones que han impactado en nosotros y se traduce en síntomas para que la podamos tramitar.

Síntomas de la depresión

Los síntomas más comunes que atraviesa una persona que sufre esta enfermedad son:

  • Cambios repentinos en el estado de ánimo: para detectar si una persona padece esta enfermedad es necesario asesorarse con un profesional de salud mental que le informe y lo guíe sobre los supuestos síntomas depresivos y cambios que la persona pueda estar sintiendo, sin automedicarse, ni caer en abuso de sustancias químicas.

Un proveedor de atención médica le indicará el tratamiento adecuado, si lo que padece es un diagnóstico de depresión. Debido a la sintomatología que padece, el estado de ánimo es uno de los factores que mayor impacto sufre, junto con el impedimento de realizar actividades diarias con regularidad. 

  • Sentimientos de tristeza, desesperanza o pesimismo: la persona que padece depresión se ve afectada negativamente en sus sentimientos o sus actividades diarias. Este estado dificulta la decisión consciente o anímica para comenzar su recuperación, por lo que es habitual que antes de comenzar con el proceso que involucra a su voluntad, la persona comience un tratamiento psicológico.
  • Sentimientos de inutilidad, culpa e impotencia: se ve reducida en su capacidad debido a los síntomas anteriormente detallados. Se genera un círculo de sentimientos que se alimentan unos con otros, en un espiral negativo. La persona que padece esta enfermedad suele sufrir culpa e impotencia de sentirse así o de cómo actúa de acuerdo con este trastorno. 
  • Trastornos de ansiedad: este es un síntoma de pronta aparición. La ansiedad es una respuesta biológica ante estímulos interpretados como una amenaza que puede ser real, imaginaria o potencial. Se la conoce como una respuesta adaptativa que ha convivido en la conducta de la persona por mucho tiempo, y le ha permitido responder a las amenazas de nuestro entorno y sobrevivir.
  • Pérdida de interés por actividades: esta es una consecuencia muy frecuente y por la cual debemos estar atentos al padecimiento, ya que es una clara señal de que una persona puede estar padeciendo depresión. Es la imposibilidad de realizar su vida normal, las actividades, las rutinas que antes eran parte de su cotidiano. La vida social, académica y/o laboral se ve reducida y, a veces, totalmente bloqueada por culpa de los síntomas de la depresión. 
  • Pensamientos suicidas: es recurrente que quien padece episodios depresivos de esta enfermedad grave, quiera terminar con la situación mediante uno o varios intentos de suicidio. En su mente puede fantasear con la posibilidad de suicidarse o, en el peor de los casos, entrar en un estado de desesperación para terminar con el dolor e intentar cometerlo, incluso, dar final a su existencia. 
  • Dolor de cabeza, problemas digestivos y otras molestias físicas que no se alivian con ningún tratamiento: son síntomas físicos frecuentes en las personas que detectan que tienen depresión.
  • Disminución del apetito y cambios en el peso corporal: estos son otros síntomas físicos que se empiezan a manifestar como consecuencia de la enfermedad. La pérdida del apetito puede ser causa de varios factores, como la cantidad de horas que una persona con este trastorno pasa durmiendo, hasta el punto de perder la noción de su nutrición o, incluso, la tristeza misma que les quita el apetito y no consiga las fuerzas necesarias para cocinar y alimentarse. 
  • Pérdida del deseo sexual: debido al trastorno generalizado que las personas sufren en sus emociones y en sus síntomas físicos, pierden energía y, por lo tanto, deseo sexual.
  • Dificultad para conciliar el sueño, así como también para concentrarse o tomar decisiones: suelen suceder estos trastornos como resultado del padecimiento de esta enfermedad grave que es la depresión. Se cambian los horarios, la cantidad de sueños, todo el sistema de descanso se ve afectado en gran medida. De hecho, es uno de los factores que genera más cansancio físico y anímico en quienes cursan esta enfermedad.

Si usted o alguien de su entorno padece alguna de estas señales, lo mejor es consultar con especialistas.

Tratamiento de la depresión

La depresión tiene cura. Existen una cantidad inmensa de tratamientos, terapias alternativas y complementarias para llevar el proceso de sanación. Dependiendo de cada caso, algunos tratamientos podrían incluir:

  • Apoyo y psicoterapia: siempre es saludable hablar de ciertos temas con alguien ajeno a nuestro entorno, comprometidos a largo plazo con superar los traumas que ocultan este síntoma. 
  • Medicación: consultar por la medicación acorde a nuestra sintomatología y no automedicarse, ya que puede aumentar el cuadro y ser muy contraproducente.
  • Cambios en la dieta: siempre va a ser positivo, puesto que durante el trastorno es común el aumento de peso o su bajada. Acompañaríamos los tratamientos psicológicos con lo que es el combustible de nuestro cuerpo, es decir, la nutrición, el alimento que ingerimos. 
  • Ejercicio: las actividades diarias programadas, el movimiento físico tiene una serie de manifestaciones biológicas de gran ayuda que alivian el dolor crónico y a nuestra salud integral. Se recomienda practicar varias veces a la semana algún tipo de actividad física que ponga al cuerpo en acción. 
  • Terapia de estimulación cerebral: es otra de las aristas que podemos afrontar para recuperar nuestra estabilidad emocional. Consta de un tratamiento quirúrgico consistente en implantar un aparato médico que envía impulsos eléctricos en puntos específicos del cerebro. 
  • Algunas recomendaciones sobre qué hacer en caso de depresión: podrían ser la observación del estado de salud y los síntomas propios y de nuestros adultos mayores. No hay que dar por normales los períodos largos de encierro, trastornos del ánimo, trastornos de ansiedad o falta de contacto con personas de nuestro entorno.
  • Para ayudar a un ser querido o miembros de la familia que padece un diagnóstico de depresión, debemos acompañarlo de manera paciente en su proceso, no olvidemos que quien padece de esta enfermedad está transitando una emoción, un duelo, un dolor, un sentimiento que no encontró antes cómo salir a la luz, por lo que se representó en el cuerpo. 

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