¿Qué es la tristeza y cómo gestionarla?
Las emociones son parte del ser humano: son intrínsecas a nuestro comportamiento y forma de experimentar la vida, sin embargo, si no están bajo control, pueden convertirse en obstáculos que afecten la vida diaria y las relaciones con los demás de manera negativa.
Paul Ekman, eminente psicólogo y pionero en el estudio de las emociones y profesor de psicología de la Universidad de California, ha descrito 7 emociones básicas del ser humano que todos experimentamos a pesar de que las expresemos de distinta manera. Estas son la tristeza, la ira, la sorpresa, el miedo, el asco, el desprecio y la alegría.
¡Continúa leyendo para aprender un poco más sobre la tristeza y de esta manera saber lidiar con este estado de ánimo de manera saludable!
¿Qué es la tristeza?
Todos experimentamos tristeza a lo largo de nuestra vida. Pero ¿cómo definir algo que es tan general y a la vez tan específico para cada uno? Podemos decir que es una especie de dolor emocional, presente en los momentos más difíciles para un ser humano.
Puede aparecer al perder a un ser querido, al no cumplirse nuestras expectativas, recibir el diagnóstico de una enfermedad o a través de la pérdida de algo valioso.
Existe una explicación neurofisiológica, pues la tristeza está relacionada con una disminución en los niveles de serotonina: el neurotransmisor más relacionado con la felicidad.
Se ha logrado estudiar la tristeza a través de tomografías cerebrales, en estudios que consisten en tomar personas y pedirles que piensen en cosas tristes durante la evaluación.
Se ha demostrado un aumento en la actividad de la corteza rbitofrontal y bilateral inferior. Eso es la tristeza a nivel neurológico y a nivel psicológico. Es el estado de ánimo opuesto a la alegría.
Producida por un suceso desfavorable, se manifiesta con pesimismo, insatisfacción y tendencia al llanto. Sin embargo, aunque sea desagradable, la tristeza es el primer paso para superar una pérdida, pues activa el proceso psicológico que nos permite superar duelos, desilusiones o fracasos.
Manifestaciones y funciones de la tristeza
A nivel físico, puede manifestarse junto con llanto, retardo psicomotor y modificaciones en las facciones faciales características con un rostro abatido. La gente, cuando se siente triste, puede tener problemas de sueño, sensación de opresión en el pecho, nudo en la garganta y hasta dolor.
Con las emociones negativas puede haber focalización de la atención en la situación problemática, es decir, te sientes triste, puedes llegar a enfocarte en lo que te genera tristeza, tus problemas e ignorar lo positivo.
La tristeza es un proceso temporal que, como la marea o las olas del mar, va y vuelve a lo largo de la vida. Si todas estas manifestaciones se presentan muy seguido o por un periodo grande de tiempo de manera ininterrumpida, es momento de buscar ayuda profesional.
Otras manifestaciones pueden ser problemas para concentrarse, pensamientos intrusivos y un estado interno general de malestar.
Además, algunas personas suelen sentirse abatidas, con falta de confianza, vulnerables y con tendencia a aislarse o a evadir esta emoción con sustancias. Asimismo, es común tener una disminución en la motivación para llevar a cabo actividades diarias con normalidad, junto con falta de apetito y alteraciones del sueño.
Con el llanto, es decir, la producción involuntaria de lágrimas, fisiológicamente se produce un incremento en el consumo de glucosa cerebral y la frecuencia respiratoria: el cerebro se agota mucho con el llanto y puede aparecer hambre inmediatamente después.
Un aspecto importante para la psicología humana es que nuestra corteza prefrontal (el área del cerebro que nos permite regular nuestra conducta para poder vivir en sociedad) tiene la capacidad de interpretar el llanto de manera proyectiva y prosocial.
Es decir, nos hace mucho más empáticos y disminuye la ira y la agresividad al ser testigos del llanto de alguien más.
¿Cómo gestionar la tristeza?
Por más desagradable que sea, la tristeza es parte de la vida. Es un proceso psicológico fundamental, puesto que facilita la introspección y te ayuda a aceptar la situación que estés atravesando en ese momento.
Las emociones son señales informativas sobre los procesos y las conductas que experimentas; te permiten adaptarte a tu realidad.
A través de la tristeza, es posible tolerar el dolor, las pérdidas, los fracasos, las desilusiones y, más importante aún, empatizar con la tristeza de los demás, lo que favorece el desarrollo de redes de apoyo en sociedad.
Sin embargo, cuando la tristeza es la que toma el control y no es gestionada de manera saludable, más que una señal informativa, se convierte en un obstáculo.
Es posible gestionar la tristeza, por más dolorosa que sea, pero para eso es recomendable hacer lo siguiente:
Aceptar la tristeza
Es muy común tratar de evitar estar triste. Por lo general, las personas buscan no entrar en contacto con esta emoción y se aíslan como mecanismo de defensa o evitan afrontar la situación dolorosa.
Sin embargo, el primer paso para poder gestionarla es aceptar la tristeza como un proceso normal, identificarla y permitirte sentirla.
No es un signo de debilidad estar triste, por el contrario, aceptar y enfrentarla es una de las cosas más valientes que podemos hacer.
Buscar soluciones o consuelo
El siguiente paso sería tomar acción sobre la situación, evaluar qué cosas están en tu poder para cambiar tu realidad. Por ejemplo, si estás triste por la pérdida de una atractiva oferta de trabajo, después de aceptar lo que pasó, sería bueno identificar las causas, postularte a otras ofertas laborales, analizar qué errores se cometieron y cómo mejorar para el futuro.
Si la causa de la tristeza no tiene solución, como la pérdida de un ser querido, aún puedes buscar consuelo y apoyo en tus personas cercanas como miembros de la familia o amigos que te ayuden a superar la tristeza.
Meditar, escuchar música y practicar ejercicios de relajación
Practicar la meditación, ejercicios de respiración, escuchar música alegre o hacer ejercicio son todas actividades que aumentan los niveles de serotonina y facilitan la gestión emocional de la tristeza.
Contacto social
Los seres humanos somos seres sociales. La capacidad que tenemos para juntarnos en los momentos difíciles nos recarga y nos permite superar cargas muy pesadas que, de lo contrario, no podríamos. El no aislarte y mantenerte en contacto con tus amigos y familiares te ayudará a tolerar la tristeza de la mejor manera.
Buscar ayuda profesional
La tristeza, como todas las emociones, debe ser pasajera. Hay que mantener un estado de equilibrio con el resto de las emociones. Cuando la tristeza se convierte en un obstáculo por mucho tiempo, de manera ininterrumpida, y afecta tus relaciones y tus actividades de la vida diaria, es momento de buscar ayuda profesional para poder disfrutar de los beneficios de ir a terapia.
La tristeza patológica tiende a confundirse en términos con la depresión, es por eso que es importante diferenciarlos y contar con la ayuda de un profesional.
Diferencias entre tristeza y depresión
Los sentimientos de tristeza pueden ser un síntoma de la depresión, pero no son lo mismo. La tristeza es un estado emocional temporal y pasajero, originado por alguna situación dolorosa o desagradable.
La depresión es un diagnóstico médico, relacionado a una alteración con la neuroquímica de la persona, normalmente debido a un desequilibrio de la serotonina y es tratada con psicofármacos como la sertralina, previa indicación médica.
El paciente diagnosticado con depresión se encuentra en un estado de absoluta melancolía, tristeza profunda, apatía, falta de motivación e incluso ideaciones suicidas. A su vez, existen síntomas físicos como palpitaciones, estreñimiento, insomnio y dolor de cabeza.
Si te encuentras triste, no olvides que lo que estás experimentando es normal y parte de un proceso propio del cuerpo y necesario para tu salud mental. No te aísles y busca apoyo en tus seres queridos o profesionales.
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